El concepto de Diseño Universal es aplicable a cualquier objeto o entorno. Su objetivo es conseguir que todas las personas puedan utilizar o disfrutar (ese objeto o entorno), de forma autónoma, independientemente de sus capacidades físicas, sensoriales y cognitivas. La vertiente humanística y sociológica que marcó los orígenes del diseño moderno da un importante paso hacia el compromiso moral de todos los implicados en un proceso de diseño.
Entre la persona, empresa o institución que lo financia, hasta el usuario final, el diseñador ocupa un lugar protagonista. De su talento y conocimiento dependerá que sea capaz de crear un diseño universal o no.
Es un salto cualitativo que plantea muchas cuestiones que es preciso responder y concretar en proyectos.
Este nuevo compromiso por parte de los creadores cobra un especial protagonismo en el mundo de la arquitectura y urbanismo por las importantes consecuencias que tiene para la vida de las personas y su nivel de felicidad.
Somos conscientes de la dificultad que entraña pretender que todo sea accesible para todos. ¿Pero es una dificultad real? ¿O se trata simplemente de que aún nos queda un poco de tiempo para interiorizar totalmente esta necesidad y que se aplique de forma natural, casi inconsciente, a los proyectos?
Parece que siempre hemos creado espacios pensando en las personas con discapacidad. Pero no es así.
Los arquitectos que tengan más años de ejercicio profesional saben perfectamente que hace no demasiados años, en la mayoría de los casos, ni siquiera era un problema que se planteara ni en la construcción ni en los espacios públicos.
Pero las cosas cambian, y lo hacen muy rápidamente.
Los seres humanos tenemos la capacidad asombrosa de «repensar» nuestro entorno y asimilar y aplicar, en muy pocos años, cambios que suponen una mejora impresionante de la calidad de vida de la gente.
Crear espacios universalmente accesibles surge casi de forma natural en los arquitectos contemporáneos. Sin esfuerzo. Como si se tratase de una «conditio sine qua non» de su proceso.
Es el espíritu de pioneros como William Morris. El mismo espíritu que iluminó los manifiestos, casi más morales que arquitectónicos, del movimiento Bahuaus que lideró Walter Gropius.
Y es el mismo espíritu que impulsa el concepto de parques de agua en superficie de VORTEX.
Porque en VORTEX siempre hemos querido contribuir a la consecución de espacios arquitectónicos y urbanos que se aproximen, lo más posible, al diseño universal.
Es el motivo de que nuestros juegos de agua, y las instalaciones que los recogen, sean accesibles para cualquier persona, de cualquier edad condición física.
Pero nuestro concepto de «accesible» no significa simplemente que no haya barreras arquitectónicas. Significa, sobre todo, que el placer, la diversión, los sentidos, el juego, el disfrute… todas estas cosas que hacen felices a las personas, sean accesibles también.
Trabajamos para conseguirlo. Cada día. Con verdadero entusiasmo.
¿Quieres unirte al movimiento en favor del Diseño Universal en arquitectura y urbanismo?
Nosotros podemos aportarte soluciones para tus proyectos de parques de agua sin profundidad y explicarte cómo integrarlo en prácticamente cualquier espacio arquitectónico, sea exterior o interior.